El lado oscuro de Ozempic: por qué el deporte sigue siendo la verdadera medicina

Iker Arza
El lado oscuro de Ozempic: por qué el deporte sigue siendo la verdadera medicina

Ozempic se ha popularizado como solución rápida para adelgazar, pero su uso en personas sanas trae riesgos: pérdida de músculo, efectos secundarios y efecto rebote. El deporte, en cambio, fortalece el corazón, protege la salud y ofrece resultados sostenibles sin atajos.

La promesa del fármaco milagro

Ozempic, un agonista GLP-1 desarrollado para la diabetes tipo 2, ha saltado a la fama como la “solución rápida” para perder peso. En pacientes con obesidad severa, los resultados son claros: una reducción del 15-25 % del peso corporal en un año, junto con mejoras en glucosa y ciertos factores de riesgo cardiovascular.

El problema comienza cuando esta herramienta médica se convierte en moda: personas sin patologías graves lo utilizan para adelgazar rápido, como si fuera un suplemento más.

 

La letra pequeña que casi nadie cuenta

Aunque ayuda a bajar de peso, Ozempic no mejora la condición física ni la salud de forma integral. Parte de la pérdida proviene de masa muscular y no solo de grasa, lo que deja al cuerpo más débil y con peor metabolismo. Tampoco se observan mejoras significativas en la capacidad cardiorrespiratoria, clave para la longevidad y el rendimiento.

Además, los efectos secundarios son habituales:

  • Náuseas, vómitos y diarrea.
  • Dolor abdominal y malestar digestivo.
  • Riesgo de pancreatitis en algunos pacientes.
  • Posible aumento del riesgo de problemas biliares.
  • Alteraciones en la tiroides observadas en estudios animales.

 

Y lo más importante: al suspender el tratamiento, gran parte del peso perdido suele recuperarse.

 

Cuando una medicina se convierte en moda peligrosa

Estos fármacos fueron diseñados para pacientes con obesidad grave o diabetes tipo 2, donde los beneficios superan claramente los riesgos. En cambio, usarlos en personas sanas o con sobrepeso leve es otro escenario:

  • No hay justificación médica sólida.
  • Se asumen efectos secundarios innecesarios.
  • Se pierde masa magra sin ganar condición física.
  • Se fomenta la dependencia de un pinchazo en lugar de generar hábitos sostenibles.

 

Convertir un medicamento en una “herramienta estética” es olvidar que hablamos de un tratamiento clínico con riesgos, no de una vitamina inofensiva.

 

Lo que el deporte aporta y ninguna aguja puede dar

El ejercicio físico sigue siendo la mejor estrategia para transformar el cuerpo y la salud de manera sostenible:

  • Protege el corazón y los pulmones, mejorando la capacidad cardiorrespiratoria.
  • Conserva y desarrolla masa muscular, evitando la pérdida de fuerza y metabolismo que provoca Ozempic si se usa sin entrenar.
  • Favorece el equilibrio hormonal y metabólico, regulando glucosa y grasas en sangre sin efectos adversos añadidos.
  • Previene la recaída en el peso, porque no depende de un fármaco temporal.
  • Beneficia la salud mental, algo que ninguna aguja puede imitar.

 

En resumen: el deporte no solo resta kilos, añade vida y calidad de vida.

 

Conclusión: el verdadero camino

Ozempic puede ser una herramienta útil en casos médicos concretos y bajo supervisión profesional. Pero en personas sanas o con sobrepeso leve, es más peligroso que beneficioso: efectos secundarios, pérdida de masa muscular, dependencia farmacológica y falsa sensación de “solución definitiva”.

El verdadero camino sigue siendo el de siempre: entrenar, moverse y cultivar hábitos sólidos. El deporte es la medicina preventiva que construye salud real, sin efectos adversos y con resultados que duran toda la vida.

 

Publicado por Iker Arza

el 05 Sep 2025

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