Tendones, ligamentos y músculos: por qué no se adaptan igual y cómo evitar lesiones al empezar en el gimnasio

Iker Arza
Tendones, ligamentos y músculos: por qué no se adaptan igual y cómo evitar lesiones al empezar en el gimnasio

El músculo se adapta en semanas, pero tendones y ligamentos necesitan mucho más tiempo. Esta diferencia explica por qué tantos principiantes acaban con molestias en hombro, rodilla o codo. En este artículo verás cómo se comporta cada tejido y cuál es el mejor método para empezar a entrenar.

Por qué los principiantes se lesionan más

Cuando una persona empieza a entrenar fuerza, nota mejoras rápidas en fuerza, coordinación y sensación de progreso. Eso ocurre porque el músculo se adapta muy deprisa, en cuestión de semanas.
El problema es que los tendones y los ligamentos no siguen ese ritmo. Tardan mucho más en reforzarse, y esa diferencia es la causa real de la mayoría de molestias en hombro, rodilla, codo o manguito rotador durante las primeras semanas de entrenamiento.

 

Diferencia entre músculo, tendón y ligamento (explicación clara)

Músculo:

  • Tejido que se contrae y genera fuerza.
  • Muy vascularizado → se adapta rápido.
  • Mejora en 2–4 semanas.
  • Resultado: sensación de fuerza y progreso inmediato.

 

Tendón:

  • Une músculo y hueso.
  • Poco riego sanguíneo → adaptación lenta.
  • Necesita 8–12 semanas para hacerse fuerte de verdad.
  • Resultado: aunque tú te notes más fuerte, tu tendón aún no soporta cargas altas.

 

Ligamento:

  • Une hueso con hueso y estabiliza articulaciones.
  • Vascularización mínima → adaptación muy lenta.
  • Requiere meses para reforzarse.
  • Resultado: si fuerzas articulaciones antes de tiempo, aparece dolor o inestabilidad.


Resumen rápido

  • Músculo: se adapta rápido.
  • Tendón: se adapta lento.
  • Ligamento: se adapta muy lento.


Ésta es la razón por la que un principiante puede “tirar más kilos”, pero empieza a tener molestias en las articulaciones.

 

Zonas donde aparecen las molestias

Las áreas que más suelen fallar en principiantes son:

  • Hombro y manguito rotador: exceso de press, poca rotación externa.
     
  • Tendón del bíceps: técnica deficiente en empujes.
     
  • Tendón patelar (rodilla): progresión rápida en sentadilla sin control.
     
  • Codo: epicondilitis por agarres repetidos sin adaptación.
     
  • Gemelos y Aquiles: impacto precoz con poca base.

 

El periodo de adaptación: cómo debe entrenar un principiante

Las primeras 4–6 semanas no son para levantar pesado, sino para construir la base estructural que evitará lesiones durante los siguientes meses.

Un buen periodo de adaptación debe incluir:

  • Entrenamiento 2–3 veces por semana.
  • Intensidad moderada (RPE 5–6, sobran varias repeticiones).
  • Excéntricas lentas (2–3 segundos) para fortalecer el tendón.
  • Técnica estricta antes que peso.
  • Sin fallo muscular y sin repeticiones explosivas.
  • Rango de movimiento cómodo, estable y seguro.


Este proceso permite que tendones y ligamentos empiecen a reforzarse mientras el músculo avanza.

 

Ejercicios protectores imprescindibles al empezar

Para evitar molestias es recomendable incluir siempre algunos ejercicios clave que estabilizan las articulaciones:

  • Hombro: rotación externa con banda y face pull.
     
  • Rodilla: split squat controlado e isometrías suaves del cuádriceps.
     
  • Codo: extensores de antebrazo y curl martillo ligero.
     
  • Aquiles: elevaciones de gemelos lentas.

Estos ejercicios actúan como un “cinturón de seguridad” durante las primeras semanas, reduciendo la probabilidad de irritaciones.

 

Cómo saber si estás forzando demasiado

Hay señales claras que indican que la progresión va por delante de la capacidad articular:

  • Pinchazos en el hombro al bajar el press.
  • Rodilla sensible al día siguiente del entrenamiento.
  • Codo irritado durante agarres o jalones.
  • Sensación de pinchazo o inestabilidad en el hombro.
  • Técnica que empeora al subir peso.


Cuando aparece cualquiera de estos síntomas, es momento de bajar carga, mejorar técnica y reforzar la base.

 

Conclusión

El músculo evoluciona rápido, pero los tejidos que realmente estabilizan tu cuerpo —tendones y ligamentos— necesitan más tiempo.
Si respetas ese proceso, progresas de forma constante, sin dolores y sin interrupciones.
Una buena base estructural al inicio del entrenamiento marca la diferencia entre avanzar durante meses o estancarte por molestias evitables.

Publicado por Iker Arza

el 18 Nov 2025

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